El amor propio no siempre se ve aesthetic como en Instagram
En los últimos años, en redes sociales empezó a crecer la concientización sobre salud mental, autocuidado, amor propio y muchos otros temas relevantes para todos como seres humanos y sintientes. Temas que antes simplemente no eran de relevancia o se desplazaban a otros planos.
El amor propio, en específico ha sido un tema que se ha posicionado muy bien y que muchas personas han empezado a cultivar a través de un proceso de crecimiento personal y/o espiritual. En Instagram, particularmente, este contenido es tendencia constantemente y se aborda desde muchas perspectivas, tales como: relaciones interpersonales, ámbitos laborales, límites, relaciones familiares, salud y bienestar, entre otros.
Por lo general, el contenido de amor propio es contenido que nos inspira, motiva e impulsa a generar hábitos saludables con nosotros mismos, tanto a nivel físico como espiritual. Sin embargo, como en la mayoría de cosas en la vida, los procesos y las personas somos diferentes, no hay un estándar en esto tampoco.
Por eso hoy te queremos decir que el amor propio no siempre se ve como en los posts de Instagram, no siempre será lucir bien, ser la mejor en todo, ser disciplinada o cumplir con una lista de cosas. A veces se trata de trabajar con tu sombra: de mirar a los ojos a tus miedos, de hacer cosas que te asustan por primera vez pero confiando en ti misma y en el proceso, aceptar tus errores y perdonarte por no ser perfecta como te exigieron serlo desde pequeña, de darte permiso de sentir eso que no es tan cómodo y entender que a veces ser humana es lo mejor que puedes ser y el acto más amoroso/poderoso que podrás hacer por ti misma.
Amarte requiere de escucha, paciencia, tiempo y compromiso. Parte desde tu diálogo interno hasta cuánto tiempo dedicas a hacer esas cosas que te nutren, si disfrutas de tu compañía, cuánto estás dispuesta a entregar en una relación, trabajo, amistad, proyecto. Es entender dónde quieres que esté tu atención y energía, confiar en esa voz interna que sabe lo que le apasiona y mueve.
El amor propio está en los pequeños detalles y actos de la cotidianidad, es cuidar de tu salud, bienestar y emociones. Es reconocer qué te hace bien y te impulsa, y que te resta, considerar si te aporta en lo que quieres para ti: la mujer que quieres ser, cómo te quieres sentir, con quién te quieres relacionar, tus capacidades y aprendizajes.
Pero sobretodo, el amor propio es reconocer que ya tienes todo lo que buscas, es encontrar el camino de vuelta a casa, es decir: de vuelta a ti y eso simplemente, no puede lucir de la misma forma para todas.